Museo Contisuyo
Museológica, exhibición, investigación y difusión cultural
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PERÍODO DEL FORMATIVO
Las primeras evidencias de este período alrededor del año 1800 a.C., se encontraron en el valle costero de Ilo. El valle de Moquegua tuvo poco que ofrecer a cazadores y recolectores de la sierra y la costa, eventualmente lo que llamó la atención fue la agricultura. Usando esta nueva forma de alimentarse, la gente de la denominada cultura Huaracane empezó a asentarse en este valle alrededor del año 400 a.C. Aunque aún desconocemos sus orígenes, comenzaron a usar objetos de cerámica, posiblemente, para cocinar sus productos obteniendo mayores beneficios nutritivos. Se considera que al principio su organización social fue muy simple, para luego volverse más compleja. Aproximadamente el año 550 d.C., los huaracane advirtieron con aprehensión la llegada de colonos tiwanaku del Altiplano y colonos de tradición wari en la zona del valle superior. A pesar de todo ello los huaracane mantuvieron su propia identidad, quizás tuvieron más relación con los wari hasta el año 800 d.C., por esta época se pierde el rastro de ellos por razones no muy claras, con futuras investigaciones, éstas podrán ser aclaradas.
PERÍODO DEL HORIZONTE MEDIO
Este período empieza en el año 600 d.C. con la llegada de los colonos wari y tiwanaku al valle de Moquegua.
Los wari colonizaron mayormente el valle superior de Moquegua durante cuatro siglos. Siendo lo más significativo, su presencia en la cumbre del Cerro Baúl. En este cerro se encuentran vestigios de lo que fue una ciudadela impresionante.
Además, los wari construyeron un canal con un sistema elaborado de riego para llevar agua a las laderas del Cerro Baúl y los cerros adyacentes a fin de cultivarlos.
También hubo otros asentamientos a los lados del Cerro Baúl y en las colinas adyacentes. Algunos de estos asentamientos fueron wari y otros tiwanaku (conocido actualmente como Cancha de Yacango). Debido a la importancia del lugar, varios miles de personas vivieron en las zonas circundantes, convirtiéndose en una ciudad próspera y en un gran centro religioso.
Casi al mismo tiempo en que ingresan los wari a Moquegua, los tiwanaku también colonizan el valle medio. Llegaron, aproximadamente, el año 600 d.C. Aquí aprovecharon los diferentes climas de la región para lograr nuevos cultivos convirtiendo a Moquegua en una de las provincias más importantes del estado Tiwanaku. No hay indicios de que los grupos asentados en el valle fueran dependientes del poder central, pero no por eso, dejaron de llevar parte de sus recursos y sustentar los estilos de vida de las elites centrales que se hallaban en la cuenca del lago Titicaca, cuya soberanía se ejerció por medio de un protectorado espiritual más que por una política coercitiva.
PERIODO DEL INTERMEDIO TARDÍO
A comienzos de este período, alrededor de los años 1000 a 1100 d.C., tras el colapso de Tiwanaku, una nueva fase empezó con los descendientes de los colonos tiwanaku, a quienes se les denominó los tumilaca. Éstos se distribuyeron en los valles de Tumilaca, y Torata Alta, otros colonos se fueron hacia la costa compartiendo el valle con nuevos grupos culturales que fueron surgiendo como los chiribaya.
Los tumilaca, en el transcurso del tiempo, disminuyeron su población, posiblemente fueron absorbidos por los chiribaya.
Aún sigue en investigación la procedencia de la cultura Chiribaya. Quizá fue gente que siempre vivió en la costa y tuvo la influencia de los tiwanaku o fue un grupo descendiente de los colonos de este grupo cultural, cualquiera que fuese su origen, los chiribaya empezaron a surgir por los años 900 d.C., es decir, a finales del Horizonte Medio.
Las poblaciones chiribaya, tanto en la costa como en la sierra, posiblemente, disminuyeron drásticamente debido a inundaciones y huaicos catastróficos causados por lluvias del evento llamado «Miraflores», un fenómeno del «Mega Niño» alrededor del año 1350 d.C. La terrible pérdida de vidas, destrucción de la infraestructura agrícola y doméstica, el hambre y las enfermedades fueron consecuencias que siguieron azotando a los chiribaya por varios años más sin que pudieran recuperar su numerosa población, dejando espacio así, para que nuevas inmigraciones poblaran los valles de esta región.
La cultura Estuquiña empieza a desarrollarse en Moquegua, aproximadamente, en el año 1200 d.C. Estos pobladores, muy probablemente hayan migrado de la sierra alta. Los estuquiña construyeron una compleja andenería y sistemas de irrigación. Este sistema tuvo como objetivo sostener a una enorme población.
Los estuquiña vivieron en pequeñas ciudades aglutinadas en cerros, que contaban con murallas defensivas. Lo cual nos indica que sus poblaciones temieron ser atacadas. Algunas poblaciones menores de los estuquiña se trasladaron hacia la costa del valle de Ilo.
A pesar de las impresionantes obras de ingeniería, los estuquiña tuvieron una manufactura artesanal sencilla en cuanto a su cerámica, sus tejidos no fueron teñidos. Sin embargo, tuvieron líderes que organizaron muy bien las obras agrícolas y defensivas.
PERÍODO HORIZONTE TARDÍO
Este período abarca los años 1450 - 1534 d. C.; la expansión territorial incaica se inicia aproximadamente 100 años antes de la conquista española, desde el norte del actual Ecuador hasta la parte central de Chile, por el sur.
El ejército incaico llegó a Moquegua hacia el año 1475 d.C., según algunos datos históricos, parte de la gente local, los estuquiña, se retiraron a una cima fortificada (posiblemente al cerro Baúl), donde fueron sitiados hasta que el hambre y la sed los obligó a rendirse.
Los incas establecieron posteriormente un centro regional importante en Sabaya (Torata), y aprovecharon el gran sistema de andenería construido por los estuquiña y que fuera explotado de admirable forma . Asimismo, los incas, como lo hacían en otros sitios, nombraron estratégicamente a líderes locales nombrándolos funcionarios del Tawantinsuyo, les dieron algunas ventajas a cambio de su cooperación en la recaudación de impuestos.