El patrimonio arqueológico son todos los restos materiales dejados por nuestros antepasados, y deben ser excavados, tratados y conservados científicamente para así poder comprender nuestro pasado y proyectarnos a un futuro mejor.
Destruir este patrimonio es atentar contra nosotros mismos, ya que se destruye la principal fuente de conocimiento de nuestra riquísima Historia Prehispánica.
El primer Decreto Supremo sobre la conservación de antigüedades y monumentos prehispánicos se dictó en la época del Generalísimo Don José de San Martín.
Mediante estas leyes y decretos, los gobiernos se han preocupado por proteger el patrimonio arqueológico, colonial y republicano dictando normas especiales contra los que atenten contra la cultura.
Todo nuestro Patrimonio Cultural nos permite conocer nuestra historia y raíces nacionales y protegerlo depende de todos nosotros, de instituciones estatales, regionales y locales y sobre todo de la población organizada.